Los vecinos de Saladillo que habitan en la prolongación de calle Lisandro de la Torre y la arteria que bordea las vías del ferrocarril, en dirección a la Escuela N° 4, están preocupados y no es para menos.
El descuido y la falta de mantenimiento no es un problema de ahora, sino que viene de hace tiempo.
En algunos casos, los pastos superan 1,80 metros de altura y dificultan la visual, sobre todo en las bocacalles.
De hecho, se produjeron choques que, por suerte, no tuvieron consecuencias graves.
El mayor problema se da en calle Jauretche, donde el pasto invadió la vía de circulación tornándola prácticamente intransitable.
“Estamos a unos cinco kilómetros del centro de la ciudad y esto parece una selva. Hace tiempo que desde el Municipio no desmalezan y no mantienen las banquinas como es debido”, manifestó un vecino.
Además, al estar los pastos tan altos, todo ese corredor genera inseguridad en las personas que habitan en las inmediaciones o lo transitan a diario.
Los pastizales no sólo afean el barrio, sino que fomentan la presencia de alimañas y también que más de un inadaptado arroje basura.
“Necesitamos que alguien nos dé una respuesta, porque esto así ya no puede seguir”, reclamó.
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